Recuerda la promesa, no renuncies a la risa...

Lina, obra de Galmier Zemog

Habían anunciado temporal, la tarde estaba apacible pero a la hora prevista todo empezó a cambiar, llegaron los nubarrones, en los cruces entre las calles pasabas con dificultad, el aire empujaba fuerte, caían gotas de lluvia espaciadas gruesas, olía a tierra mojada. Al rato el viento era fuerte, la calle quedó desierta, tan sólo pasaba alguien corriendo de vez en cuando... Leía tranquilo en su sillón, al fondo Scarlatti, la sonata le fue llevando hasta abandonar por completo la atención puesta en su lectura, se dejó ir, lentamente al son del compás que el piano transformó en un campo fresco con olor a yerba, sintió la brisa, notó las manos de Liera recorriendo su torso, le inundó la calma...


¡Hola amor mío!, necesitaba ver tus ojos, tocar tu piel, besarte, nadar contigo en nuestro lago, sentir tu corazón junto al mío... Todo está bien, la luz permanece, muy pronto volverás a ser tu, recuerda la promesa, no renuncies a la risa...


Amanece, el cielo tiene una claridad intensa, el teclado lleva prisa, suena a correría, a ir saltando, jugando a mantenerse suspendidos en el aire... ¿Ahogabas una emoción?, me he visto en tus ojos... Recuerda la promesa, no renuncies a la risa… ©Galmier Zemog Vigo, 2023

También en podcast


Juego malvado