¡Hola! siempre. Mi vida

Natureza Súbita 

©G.Z. A Cantoña, 2023

Mirarla es suficiente, la recuerda en la playa con los pies en el agua... La ve entre las yerbas del campo, llevándose el olor de las hojas en la yema de sus dedos, señalando todas y cada una de las distintas especies que conoce y aún de las desconocidas... siente como busca su mano y la aprieta, como acaricia su cara.


Ahora más que nunca están ocultos... La luna tenía la pestaña caída pero, nada es suficiente para derribar esta sólida unión que aunque parece frágil, es más dura que el diamante y se resiste a cualquier inconveniente. No tienen cabida ya los inconvenientes, no existen los inconvenientes... Ella vuela libre con las alas que él le proporciona, él se cobija en su pecho... Están y no están, porque callados semejan ausentes.


Me gustas, le dijo... Te quiero, se dijeron... Y en los labios encuentran su otro yo, es su tiempo, es su espacio, suyo, únicamente suyo, de nadie más ni de nadie menos.


Tan lejana, tan distante, ¿para qué?, ¿por qué?... Calma, ánimo tranquilo y sosegado, armonía... Nada puede ocultarla, nadie puede olvidarlo porque ambos no lo quieren, porque la vida ha querido que las cosas así sean, porque sus vidas se entienden, porque ella se siente amada, porque es amada... La mira y ve como lo mira, se miran... La admira.


Y los días son bellos... Y se pierden día tras día, instantes bajo el sol, privándose de su mutua energía... Hablándose.


Lo dice, lo piensa y lo siente: ¡Hola! siempre. Mi vida… ©Galmier Zemog Vigo, 2008 

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