Duele

Na Boa Vila ©G.Z. 2023

Duele, es dura la emoción que nos inunda cuando salen a flote verdades del interior que todas tenemos a bien - ¡oh incautas! -, tratar de ocultar

Al lado de cada una, siempre, existe otro alguien, unos lo tienen físico y otras lo llevan en su imaginación, todas sienten un fuerte vínculo que traspasa lo tangible.

Tras una agradable comida de diario, le entra a una un cierto sopor que redunda, inevitablemente, en un ligerito y desordenado sueño que proyecta una breve historia con cierta carga de razón, a veces, llena de latentes verdades:

-He amado locamente -hasta que un ruido arruinó la fiesta-, a ese actor que tiene un culito irresistible, ese ser perfecto, de labios carnosos, que te mira con ojitos entreabiertos, te acelera el ritmo cardíaco, que besa cuando te habla y te hace sentir importante.

-Dedicó su tiempo a un solo ser -esto ocurría en verano, con un sol de justicia- que creció y al crecer labró, justamente, su propio mundo. Olvidó, eso sí, soltar sus umbilicales dependencias, causando desasosiego, injusto, a su más querido ser de linda mirada distraída que seduce, madre niña, inocente mujer llena de vida que no vive. 

Pendiente queda, a menudo, tras una reparadora siesta, insuflar aptitud a quién un día te dio vida, a quién aun te la da cada día, incluso si ya no le quieres, por ser justo, a tu lado… incluso si ya no se puede tocar pero está, en los sueños en los que una se zambulle, en los pensamientos que liberan la carga de una jornada, en los sentimientos que afloran cuando te detienes a observar un mundo repleto de criaturas protegidas por otro alguien desinteresado, aloumiñadas, con amor sencillo.

Duele, ver como se duermen los que más necesitan despertar.

Ahí, afuera, parece estar el ambiente algo revuelto… un poco raro ©Galmier Zemog, Vigo 2020

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