...idílico escenario

...escultura no campo (foto G.Z. Allariz, 2015)

Me pregunto por qué algunos recurren al insulto y a la provocación, ofreciéndose al mismo tiempo como solucionadores de nuestras desdichas. Humillan a la gente, le agreden para pedirles apoyo o, quizá para infundirles miedo o desidia, hartazgo. Se trata quizá de una técnica, con la cual tras el derroche de blasfemias y de embustes, consigan la más profunda abstención, la repulsa, el aburrimiento. ¿Hay pasividad en la gente? 

La rabia me lleva a la fantasía, me coloca en un idílico escenario. Allí, nos cuentan que todo es falso e imaginario. Tan solo se trata de un posicionamiento absurdo, fingido, una obra teatral que escenifica, un mundo presionado, a punto de despertar de una hipotética falta de pensamiento, tras lo cual aparece una enorme sombra que avanza firme, un bosque humano de árboles con raíces profundas y copas elevadas, de personas dignas, gentes que han decidido emerger del amor, única fuerza de vida… que tras permanecer ordenadamente ocultos, resurgen de la aparente oscuridad, en una suerte de engaño preparado, para emboscar al odio y a la maldad, erradicando tanto agravio… Pienso que soñar es lindo o quizá cosa de locos. ©Galmier Zemog Vigo, 2020

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