Rotas de placer, enamoradas

Lendo en min Galmier Zemog© Vigo, 2020

→  También en 🎤Pódcast

Era una sombra, se acercaba a mí lentamente, se hacía enorme, tanto que sentí miedo, zozobré impotente, angustioso… lo contaba más tarde, sentados al borde del río, del que surgía una brisa fresquita, animosa, cautivadora, muy insistente. El viento dócil, con calor, se agradece, acaricia la piel cálida, laxa el ritmo, quieta de tal modo el ánimo que caes dormido en un plácido sueño, a veces, desordenado… fue así, como transité por aquel bonito lugar, rodeado de árboles y piedras. El curso abundante del agua, hacía rizos plateados, ondulándose en las orillas de su cauce, olía a flores… contaba aquella historia con voz suave… la chica enamorada que vivía, en silencio, su emoción, el día a día, pidiendo al Universo una mágica intervención que, tal si un sueño, hiciera cierto ser aceptada por su platónico amor. Así, sin esfuerzo, sin tener que anunciar su sentimiento, sin pasar por un probable, decepcionante, rechazo. El deseo inundaba largos instantes del sereno atardecer, secundado por el chirrido de los grillos y el espontáneo zumbido de una abeja, lejanos. Con las manos sudorosas, resbaladizas, rozaba sus propios muslos, llevaba las yemas de sus dedos índice y pulgar, de la mano derecha, a su seno izquierdo, frotando el pezón erecto y acariciando su areola… el agradable placer la transportó, sintió el aliento cálido, los gemidos y la entrecortada respiración de su amada, la dueña de su vida, que estrechaba el cuerpo junto al suyo, envueltas en sudor, en amor, inundadas de sí mismas, rotas de placer, enamoradas… Se ponía el sol, y aquel majestuoso castaño ensombreció mi cuerpo, enfrió aquel espacio, inquietó mi sosiego. Desperté. Repítense de ano en ano, coma o fai a folla da vide, os seráns de estío cheos de soños apaixoados. Non si? ©Galmier Zemog Vigo, 2019

Remamos