La riviére de force et d´amour 

Un resplandor anaranjado, intenso, corona el horizonte precedido de una alfombra ondulada, azul… la mente casi en blanco, daba preferencia a la emoción agradecida por seguir estando en esta parte básica conocida… en un ahora, en el momento en el que otro más no estará en su antigua forma, porque se ha encontrado consigo, rodando ya en su otra dimensión, fundido ya su corazón en su alma, todo en uno, inescindible…

Aurora de la vida que sigue, en cada paso, latido, sobresalto… en cada porción de un instante… en la inmensidad cuántica… en el detalle. Lo vivido con alguien no se repetirá nunca, eso es muy grande.

Pensaba en otro tiempo que deliraba pero no, ciertamente así se vive, cuando se dice que vives y también después, cuando surge espacio y una se expande… ¿miedo?, sí… la incertidumbre, a veces, ahoga pero, en la calma, eres consciente de que transitas un camino entre dimensiones… capas que transparentan las paradas, vividas por momentos.

Somos actores en una escena imaginada… ¿tristeza?, no… la claridad permite entender que tras de todo hay felicidad, la misma que sientes cuando entiendes que alguien te quiere por tus defectos y, también, cuando descubres que está contigo, ahora, en este espacio, por sí misma.  A un querido conocido ...se lo dije, desde el otro lado del cristal, quizá ©Galmier Zemog , Vigo 29.09.19